domingo, 10 de febrero de 2008

BLACK METAL (3ª parte)

(sigue de black metal 2ª parte)
Mientras los actos criminales del Inner Circle y la divulgación sensacionalista por parte de la prensa de estos, provocaba el aumento de adeptos a la escena black noruega, los originales exponentes del black, cuyos álbumes obsesionaban a la generación más joven, no quisieron saber nada de las actividades criminales de sus vástagos. El líder de Bathory dijo: “Las letras son fantasías abstractas. Aquellos que no puedan verlas como un cuento de terror, están chiflados”

Aquellas bandas que no fueron paralizadas por cuestiones legales produjeron una música muy expresiva, que combinaba la furia del black metal con elementos de techno, folclore y otros enfoques progresivos.
Ensalved utilizó el género como trampolín para algo expansivo y desconcertante.
El ex bajista de Emperor, Motriis, fue posiblemente, el más ambicioso de los conversos al lado electrónico. En 1993 huyó a Suecia. Caracterizado de Rey de los espíritus con orejas y nariz postizas, encarnaba el alma del metal.
Se adentró en una amplia variedad de proyectos “black ambient” como Aghast, Isengard y Wongraven, convirtiendo los pequeños fogonazos electrónicos que en el pasado habían aparecido fugazmente dentro del género, en su rumbo principal.


A mediados de los 90, el black metal noruego, comenzó a imitarse en otras tierras. Desde Corea hasta Finlandia, rostros pintados como cadáveres y cruces invertidas se convirtieron en símbolos de solidaridad, incluso en países sin cristianismo.

Haciendo más difusa la distinción entre fantasía y realidad, metaleros de Alemania, Suecia, Japón y Polonia, se enorgullecían de haber incendiado iglesias y haber profanado tumbas.
En 1997 se sucedió una epidemia de incendios y bombas en iglesias de la república de Rusia. País que pasaba por una época convulsa y complicada.

Un sector del black metal noruego, avergonzado por el rumbo de este, intento ceñirse a los sonidos más crudos posibles. Es el caso de Darkthrone y Carpathian Forest. En Nueva York también estaban Havohej y Hemlock, que dentro de los parámetros del sonido crudo, lo hacían más corrosivo como patrón de brutalidad.
“Black Perversion” de Havohej, es seguramente, el álbum de metal de peor sonido que se haya realizado. Fue grabado en la parte trasera de una furgoneta con un grabador de microcasete, utilizando samples de baja calidad de un incinerador de basura abandonado. La cuestión era que aquel sonido de baja calidad encajaba en la naturaleza claustrofóbica del black metal.

Los miembros de Emperor en poco tiempo obtuvieron la libertad condicional. Se reorganizaron y se propusieron guardar en el olvido la notoriedad sensacionalista que les dio la prensa a basa de un black metal feroz. Llegaron a Estados Unidos en una gira junto a Morbid Angel.

Emperor


Mayhem también regreso cuando el batería Hellhammer convocó al vocalista Sven Erik Kristiansen, alias “Maniac” y el bajista Jorn Stubberud, alias “Necrobutcher”. Los nuevos Mayhem anunciaron sus primeros conciertos americanos en 1998. El espectáculo, con las características cabezas de vaca despellejadas sobre pilotes a lo largo del escenario no desilusiono a los expectantes seguidores y curiosos.

Con el tiempo, los impulsos destructivos quedaron aplacados por el estrellato o bien por la madurez. Ihsahn, el líder de Emperor se esforzaba por profesionalizarse y se molestaba cuando la prensa, siete años después, seguía preguntándole por los delitos de sus colegas.

El propio Faust, ex batería de Emperor, que ya gozaba de permisos rechazaba la invitación de jóvenes remesas de black que se entretenían con la quema de iglesias.

Mientras tanto, la banda inglesa de black, Cradle of Filth, liderada por Dani Davey, vendió millón y medio de álbumes en Europa gracias a su énfasis en personajes demoníacos y sus trucos escénicos. A su zaga, Dimmu Borgir, una banda noruega formada en 1993, cuando sus miembros aun asistían a la escuela secundaria. Después de exhibir una lealtad a su patria cantando en noruego hasta el disco “Stormblast”, de 1996, simplificaron el black metal volviéndolo más aerodinámico.

En la Noruega de finales de los 90, los extremos se habían pulido hasta ser aceptados socialmente. La guerra pagana contra el cristianismo fue remplazada por un interés en las carreras profesionales de los músicos. Años después del incendio de la iglesia de Fantoft, se veía a las bandas noruegas, incluida Emperor, peleándose por los Grammy noruegos.


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